domingo, 19 de diciembre de 2010

Shodan (初段)


Hoy hace 11 años desde que obtuve el Cinturón Negro 1erDan (Shodan), el 19 de diciembre de 1999. ( Por la FEK )

No significó demasiado entonces... y nada significa ahora. Fue el primer dan, y también el último.

¿Por qué me examiné?
Pues sencillamente porque después de 4 años de práctica dedicada, era lo lógico y natural, y sinceramente sentía que tenía el nivel necesario para ser cinturón negro. Además, desde el primer día el Karate había pasado a ser parte importante de mi vida, y no tenía ninguna duda de que lo seguiría siendo, así que, qué menos que obtener el cinturón negro. No había ninguna razón para no examinarse. También me hacía ilusión ser cinturón negro, claro que sí, pero incluso entonces, era ya plenamente consciente de que tan sólo era el grado mínimo, el principio, y de que lo verdaderamente importante era tener el nivel. El examen sólo era un mero trámite, y el color del cinturón algo insignificante (de hecho no dejé de llevar el cinturón marrón hasta marzo, tres meses después del examen, cuando llegó el nuevo cinturón de color negro).

No me he vuelto a examinar desde entonces.

De vez en cuando me preguntaban "¿por qué?", y todavía me lo preguntan a veces, no sin sorpresa, aquellos que, sin conocerme demasiado, descubren que "todavía" soy 1erDan (y lo que me queda!!). Desde su punto de vista, no parece tener demasiada lógica... y yo me pregunto si es obligado examinarse, y si todo el mundo con 'X' años de práctica debería tener, sí o sí, un determinado grado.

Dejar de examinarme no es algo que tuviera planeado desde un principio. Y de hecho recuerdo que "de jovencito" solía hacer planes del tipo: "Si soy 1erDan con 17 años, puedo ser 2ºDan a los 19; 3erDan a los 22; 4ºDan a los 26...". Qué futuro tan prometedor... jajaja!!
Pero resulta que esos planes nunca se llevaron a cabo, y por voluntad propia.

Después de obtener el 1erDan no bajé el ritmo lo más mínimo, por descontado. Todo lo contrario, a lo largo de los años he intentado entrenar cada vez más y mejor. Pero por alguna razón, ya no notaba ningún progreso. Mi sensación era de haberme estancado y de no mejorar lo más mínimo. A veces incluso pensaba que había empeorado, y tenía que consolarme pensando que era imposible, que no podía estar yendo a peor entrenando absolutamente todos los días del año.
En cualquier caso, con esas sensaciones, no tenía demasiado sentido pensar en examinarse de 2ºDan: "¿Cómo me voy a examinar de 2ºDan si no he mejorado nada desde que me examiné de 1erDan?", "¿Por qué debería examinarme si no me veo en el nivel que yo considero debería tener un 2ºDan?". Eso es lo que pensaba tras un par de años desde que me examinara de cinturón negro.

Sabía que en cualquier momento podía examinarme y aprobar, pero poca importancia tenía eso. Siempre me he tomado el Karate bastante en serio, y "aprobar" no tenía sentido para mí. Prefería ser un 1erDan decente que un 2ºDan mediocre, y los defectos que (muy a mi pesar) me podía permitir siendo 1erDan serían menos justificables siendo 2ºDan.

Así, el tiempo pasaba, y yo seguía preocupándome mucho por mi Karate, y muy poco por un hipotético examen de grado que en ningún momento me llegué a plantear seriamente. La cada vez más remota idea de examinarse, únicamente se presentaba de manera ocasional, cuando otros compañeros tenían que examinarse y surgía la aparentemente inevitable pregunta: "¿Y tú para cuándo?". A partir de un determinado momento, la pregunta hasta me pillaba por sorpresa: tenía tan claro que los grados ya no formaban parte de mi Karate, que pensaba que para el resto del mundo era igual de evidente.

Independientemente de mi nivel personal (del que ya dudo que algún día llegue a sentirme satisfecho), después de 4 ó 5 años de 1erDan, y de ver lo poco que significaban los grados, pasaron de ser algo secundario, a algo completamente banal, insignificante, y absolutamente prescindible e innecesario para mí.
Si me examino, "¿voy a saber más Karate?; ¿voy a ser mejor?; ¿va a cambiar en algo mi forma de entrenar?".
Parece evidente que NO, así que, ¿por qué debería hacerlo??

De vez en cuando recibía un poco de "presión bienintencionada" para que me examinara, por parte de un compañero (muy apreciado), pero nunca consiguió convencerme para que lo hiciera con argumentos concluyentes. Y, por suerte o por desgracia, en ciertos aspectos tengo una enorme facilidad natural para ir en contra de la manada, así que hacen falta argumentos bastante buenos para lograr convencerme de algo.

Alguien en su día importante me dijo, medio en broma medio en serio: "si no te examinas, nadie te va a respetar"... Bueno... Yo hago Karate para mí mismo, no buscando el respeto de los demás. De todas formas, espero ser digno de respeto, pero por otras cosas que para mí son mucho más importantes.

Considero que el Karate es un camino hacia uno mismo, y examinarse, o no, es una opción personal. Y como a mí, el tema de los grados "no me convence", pues me parece que participar de ello sería ser incoherente conmigo mismo.

Sé que para muchos mi postura puede resultar difícil de entender. También es difícil para mí tratar de comprender por qué tanta gente que practica "Karate" siguiendo "la ley del mínimo esfuerzo", luego quieren examinarse e incluso aspiran a los grados más altos. A mi "ideal romántico" también le resulta difícil entender por qué aprueban el examen.

No sé si produce algún tipo de satisfacción poder decir "Soy 3erDan" (ó 4º, 5º, 6º ó 7º...). A mí desde luego, ninguna. Por alguna razón incluso evito decir que hago Karate. Es algo, como íntimo mío, que comparto de muy buen gusto con gente afín, pero no con cualquiera que me pregunte "¿haces algún deporte?".
Para mí la satisfacción está simplemente en poder hacer lo que me gusta, en entrenar cada día, en tratar de seguir aprendiendo y mejorando, en mantener la ilusión, no perder de vista los objetivos, no olvidar lo que estás haciendo y aquello que realmente importa: disfrutar del Karate.
Y no necesito diplomas para eso.

Por otro lado, dado que el primer dan (shodan) es el principio, y un karateka debe ser "el eterno aprendiz", mantenerte en ese grado te ayuda a no perder de vista "el espíritu y humildad del principiante" (shoshin o wasurezu), y poder dejar realmente de lado 'cualidades' menos deseables como son el ego, la vanidad, y el orgullo, y a no perder la perspectiva y caer en el error de pensar que ya sabes algo (o puede que incluso todo) sólo por tener un rango más elevado.

No estoy en contra de los grados. Tampoco a favor. Sencillamente, a mí personalmente no me pueden aportar nada en mi práctica.

Los grados son absolutamente innecesarios, y prueba de ello es que ni siquiera existían en el Karate hasta tiempos relativamente recientes, y aquellos que ya practicaban mucho antes de que aparecieran, no los echaban de menos. ¿Qué grado tenía Matsumura, Azato o Itosu?? Ellos, y muchos otros, entrenaron todas sus vidas sin necesidad de tener un grado, ni siquiera un karategi. No había entonces distracción ni elementos externos, ni adornos ni decoración, sólo entrenamiento. Estaba claro qué era el Karate, y por qué y para qué se entrenaba.
Ahora, en cambio, no está muy claro si el Karate es arte marcial, sólo arte, defensa personal, deporte, actividad física, pasatiempos, profesión, negocio, todo ello combinado... Y muchas veces se presta más atención a toda la parafernalia, como son grados, competiciones, karategis, etc., que a lo que constituye la esencia de todo ello: el Karate.

"Bueno, pero que antes no hubiera grados, etc., no significa que esté mal que ahora los haya..." Por supuesto que no, pero porque ahora los haya tampoco significa que sean imprescindibles. También existen las carreras universitarias, por ejemplo, y no todo el mundo tiene porqué sacarse una.

Además, es que los grados sirven para "muy poco" (por no decir nada)... A los organismos que los conceden les aportan beneficios económicos, eso desde luego, pero a los examinandos... Un título universitario está reconocido, avala una formación, y sirve para encontrar un empleo, pero un título de cualquier grado en Karate, no dice nada, ni siquiera dentro del Karate, y menos cuando no sabes bajo qué criterios se ha otorgado, ni si lo ha concedido la Federación Española, la Japonesa, algún maestro de Okinawa, o el "encantador de serpientes" de turno (de los que tantos hay en las artes marciales).
"No, pero los grados de la FEK son 'oficiales'..." Vale, sin embargo, ¿de qué te sirven si te vas a entrenar a otro país o en otro estilo al margen de la FEK???, ¿qué valor tienen si te vas, por ejemplo, a entrenar al honbu dojo de la JKA en Tokyo, o a Okinawa a hacer Goju-Ryu con Higaonna o Uechi-Ryu con Shinjo??? (O a cualquier otro país y con cualquier otro maestro/organización de cualquier estilo)
Los grados no son universales, tu nivel en Karate, que es lo que importa, sí. El nivel es el mismo en España, en Okinawa, o allá donde tengas que ir a demostrar, no cuántos diplomas tienes enmarcados en casa, sino cuánto sabes y qué puedes hacer sobre el tatami.

Yo por mi parte, ahora que, como dice un muy buen amigo mío, hago "Karate clandestino", los grados tienen incluso menos importancia si cabe. Hago Karate para mí mismo, y en mi Karate lo único que importa es: entrenar y estudiar para conseguir habilidad y conocimiento. Eso es lo que quiero para mí, y lo que busco en los demás.

« El sistema de grados es una buena idea... pero se les confiere un valor tan enorme, que si no tienes cuidado, la obtención del grado se convierte en el objetivo, no aprender el Karate. »

Víctor López Bondía

sábado, 18 de diciembre de 2010

Estilos de Karate

Charles Goodin escribió recientemente en su blog unas entradas muy interesantes sobre los estilos de Karate. Estas entradas han sido traducidas de inmediato al castellano por parte de los compañeros de IOGKFMadrid, a los que me gustaría felicitar y agradecer desde aquí por su desinteresado trabajo, en especial a mi amigo Juanlu.

Las entradas en cuestión:


Víctor López Bondía

martes, 14 de diciembre de 2010

La importancia del bunkai

En mi web ya existe una extensa sección sobre "bunkai" (que sigo y seguiré ampliando), y he traducido algún artículo de Patrick McCarthy, Harry Cook, y muchos de Iain Abernethy sobre el tema, así que intentaré no extenderme aquí para explicar lo mismo.

Sin embargo, sí me gustaría seguir compartiendo algunas reflexiones sobre kata y bunkai (aplicación)...

¿Por qué es importante el bunkai?

Debería ser más que evidente: es lo que da sentido al kata, y por tanto, al Karate.

Efectivamente, se podría decir entonces, sin miedo, alto y claro, que el kata sin bunkai (aplicación) no tiene sentido.

El kata sin bunkai es sólo kihon, un conjunto de técnicas encadenadas sin demasiada lógica, que solamente sirve para ejercitar el cuerpo en la técnica básica. Es una secuencia de movimientos, como podría ser cualquier otra, así que, en realidad, se podría descartar el kata y entrenar únicamente kihon... es lo mismo, y el resultado sería el mismo.

El kata sin bunkai puede ser buena gimnasia, pero sólo como ejercicio, el Karate no tiene nada de "especial", ya que no es muy diferente de la danza, el aerobic, o la propia gimnasia. Y la verdad, desde el punto de vista de la mera actividad física, seguramente estas otras actividades serían más recomendables, ya que ofrecen los mismos beneficios para el cuerpo, y menos desventajas, ya que los movimientos son mucho más libres y fluidos, sin estar forzados a ajustarse a la (actualmente rígida) técnica de Karate. Y por cierto, la rigidez y/o falta de fluidez que se aprecia frecuentemente en los katas, entre otras cosas, también se debe al haber apartado el kata de la realidad del combate.

"La gracia" de los katas está, se supone que está, o debería estar, en que los movimientos se supone que tienen significado, un significado directamente vinculado a la defensa personal. Y hago hincapié en "se supone" porque es "evidente" que ese significado se desconoce y está ausente en la mayor parte de la enseñanza y la práctica actual.

¿Es lógico pasarse años y años practicando técnicas sin llegar a saber nunca para qué sirven? No parece tener mucha lógica, no, porque eso significa que el Karate se ha convertido en una "cuestión de fe"... Pues efectivamente, así es: se practican las técnicas, los katas, o bien sin conocer su significado, o bien creyendo que se conoce, pero en cualquier caso, sin probar las técnicas ni preguntarse si verdaderamente se podrían utilizar de esa manera.

La "mente del principiante" a menudo pregunta: "¿esto qué es?", "¿esto para que sirve?", "y entonces, ¿qué harías?", "¿y si... ?", pero pronto se conforma con las respuestas de los que "saben más", se "convierte a la fe", queda "domesticado", es feliz simplemente siguiendo a la manada, y a partir de cierto punto ya no siente la necesidad de preguntar nada...

"Shoshin o wasurezu": ¡Nunca olvides el espíritu del principiante!; "En la mente del principiante hay muchas posibilidades, en la mente del experto, pocas". Un Maestro es sencillamente "el eterno estudiante/alumno", con esa mentalidad, siempre se puede seguir progresando. Si te crees que ya lo sabes, difícilmente tendrás la mente abierta a otras posibilidades. "Muchos habrían podido llegar a la sabiduría si no se hubieran creído ya suficientemente sabios" (Juan Luís Vives).

¿Realmente sirven las técnicas de Karate?, las técnicas del kata, ¿valen para la calle?

Hombre... pues... ¡Claro que sirven!
Y si no sirven, DEBERÍAN!! Al fin y al cabo, para eso, ni más ni menos, fueron concebidas. Si parece que no sirven, es obvio que "algo está fallando".

Pero si no hay bunkai, "análisis", no se conoce el significado; si no se conoce el significado, no se puede practicar la aplicación; y si no se practica la aplicación, no se podrá utilizar la técnica. Así de simple.

El kata NO es suficiente. El kata es lo más importante porque te da las técnicas, y sin técnicas, ni hay aplicación ni hay nada. Pero pasarse la vida practicando las técnicas "al aire" no es suficiente. Es como estar años pronunciando palabras sueltas de otro idioma, sin conocer el significado de lo que estás diciendo, como un loro... Eso no es forma de estudiar ni de aprender un idioma, podrías pasarte 30, 60, 90 años así... jamás podrías llegar a mantener una conversación en ese idioma. Pues en Karate pasa exactamente lo mismo: puedes pasar años como un autómata ejecutando infinitas repeticiones de un kata, pero no podrías utilizar con éxito esas técnicas en una situación real de violencia si surgiera la necesidad, porque no estás preparado para ello, ni siquiera sabes para qué sirven (ni para qué no sirven!) los movimientos que tantas veces has repetido al fino aire.

Cada cual es libre (o debería ser libre) de hacer y buscar el Karate que quiera (o de no buscar nada, claro), pero los profesores tienen una responsabilidad hacia sus alumnos, y aquellos que no puedan o no vean necesario estudiar y enseñar bunkai, deberían al menos dejar claro qué tipo de Karate están enseñando (si es que ellos mismos lo saben). Porque el tipo de "aplicaciones inaplicables", absolutamente irrealistas y fantasiosas, que se están enseñando y "vendiendo" como válidas en muchos ámbitos del Karate actual, podrían poner en serio peligro al (ingenuo) practicante que llegado el momento pudiera verse obligado a intentar utilizarlas de verdad.

"Afortunadamente", todo el mundo parece tener claro que ese tipo de "aplicaciones de cuento de hadas" sólo sirven en entornos "de ficción" absolutamente controlados: gimnasio y exhibiciones (competiciones y exámenes de grado inclusive, por descontado). Sólo "sirven" si te ataca un compañero, desde 2m de distancia, con un "perfecto" oi-zuki o mae-geri, sin intención de dar, y "por supuesto" sabiendo tú lo que te viene...

Muchas personas abandonan la práctica de artes marciales como el Karate al no verlo realista ni efectivo, y en cierto modo, puede que no les falte razón, porque en muchos sectores el Karate está "castrado", y ciertamente no se está enfocando a la defensa personal. La verdad es que me merece más respeto una persona que abandona el Karate porque no ve sus expectativas cumplidas, que una que por el contrario sigue en el mismo aferrándose ciegamente a su "fe", y sin expectativas.

Desde luego, "el arte está para las personas, no las personas para el arte". Podemos hacer del Karate lo que queramos, SÍ, y podemos perfectamente elegir un Karate en el que sencillamente la defensa personal ocupa un lugar de escasa o incluso nula relevancia. No hay absolutamente ningún problema. Pero entonces, admitamos claramente lo que estamos haciendo: gimnasia, deporte, pasatiempos, o lo que sea, y dejemos de confundir, no sólo a los demás sino a nosotros mismos, queriendo utilizar palabras como "tradicional", y haciendo ver que de algún modo estamos siguiendo los pasos de los "maestros del pasado", a los que supuestamente veneramos, pero a cuyas enseñanzas en realidad no hacemos ni caso, porque ni las conocemos realmente.

Es cierto que en la "era moderna del Karate", el bunkai no siempre se ha transmitido junto al kata, como habría sido deseable, pero por suerte, ahora cada vez tenemos más información, además de la capacidad de pensar por nosotros mismos (algo a lo que no deberíamos renunciar). Si se busca, al final se encuentra.

Salir de la "zona de confort" es difícil por definición, pero en mi opinión, más difícil es intentar mantener posturas que no se sostienen sobre conocimiento, argumentos, y lógica. Y por supuesto, tampoco es solución de nada.

Víctor López Bondía